Conciertos

Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid (Paraiso Express).


Alejandro Sanz volvió a convencer a su público en Madrid y es que la gira Paraíso Express ha hecho una nueva parada en el Palacio de los Deportes de la capital. Con un lleno hasta la bandera, el artista celebró una reunión de esas que quedan en el recuerdo, invitando sobre el escenario a amigos y compañeros de profesión inesperados, pero que hicieron las delicias de los presentes. La telonera fue Sara Vega, hermana de Paz Vega, que fue recibida con muchas ganas por el público y cuyo primer disco ha sido producido por Sanz.

Este, que dedicó el recital a su hija Manuela, anunció así al primero de sus compañeros de dúo. “Sin anestesia ni nada… Mi primer invitado es un amigo al que quiero mucho. Una persona trabajadora, con mucho talento y que acaba de ser padre. Además le voy a retar en un concurso de baile porque creo que le puedo ganar” terminó mientras David Bisbal saltaba a escena. Su Desde lejos a dos voces desató los aplausos, igual que Desde cuándo el tema que cantó con Malú y Tu letra podré acariciar, el que tocó con Dani Martín (a punto de estrenarse en solitario sin El canto del loco).




















No es lo mismo, Mi Peter Punk, Lo que fui es lo que soy, Viviendo deprisa… a lo largo de la noche Alejandro encadenó sus éxitos de ayer y hoy ante un tendido lleno de caras conocidas. Los Príncipes de Asturias se mezclaron con la multitud y disfrutaron al máximo del recital, coreando las canciones, comentando las que más les gustaban y moviéndose al ritmo de los grandes éxitos del intérprete.
Entre los fans se pudo ver a Iker Casillas y su novia Sara Carbonero, grandes amigos del artista. Arancha de Benito, Alonso Aznar, Cristina Tárrega y su marido José María Quevedo, Javier Hidalgo, Orson Salazar, marido de Paz Vega que fue para apoyar a su cuñada, y las ex Miss España, María Jesús Ruíz, María José Suárez, Eva González y Raquel Rodríguez. Elena Tablada bailó sin parar igual que Noelia López, novia de Guti, y Caritina Goyanes. Borja Thyssen y Blanca Cuesta.


La Música No Se Toca En Uruguay.

 

Alejandro Sanz ofreció un espectáculo de gran lucimiento a nivel técnico y musical, el jueves pasado en la Rural del Prado. Duró casi dos horas y convocó a unas 7.000 personas, en su mayoría mujeres.
A las 21.30 horas el español apareció en el imponente escenario luciendo un traje negro y el número 10 de Diego Forlán en el pecho. Horas antes la hermana del deportista, Alejandra, le había obsequiado una camiseta del crack uruguayo, que Sanz elogió durante la entrevista ofrecida a El País. De ahí que dedicó el concierto a la familia Forlán, presente en la Rural del Prado y a la suya propia, porque esta vez viajó acompañado por su esposa y su hijo pequeño, Dylan.
"¡Por ellos se me cae la babita!", confesó al público, e inmediatamente después se disculpó por la cancelación del show que en 2007 no pudo ser por problemas técnicos. "¡No fue mi culpa!, ¿eh? No les fallo nunca más".


A nivel técnico el montaje estuvo a la altura de las principales estrellas internacionales de la canción, a la vanguardia, con espectaculares efectos de luces y una pantalla de led que cubría todo el fondo del escenario.
A esto se acopló una banda de ocho músicos virtuosos y dos coristas (españoles y neoyorquinos), con gran presencia femenina: eran cinco hombres y cinco mujeres. El concierto contó con un piano de cola blanco al centro que Alejandro Sanz delegó durante las dos horas. En cambio, alternó sus guitarras eléctricas y electroacústicas de forma permanente.
Si alguien fue desprevenido esperando escuchar solo baladas pop seguramente se llevó una gran sorpresa, porque la presentación de La música no se toca incluyó pasajes netamente rockeros, con solos estridentes de guitarras, fiel a uno de los estilos que más influenció al cantautor en su adolescencia, junto con el flamenco.
Ensayó un paso breve de bailaor sobre el final, simpático y seductor, pero la mayor parte del tiempo escogió una postura elegante de pie frente al micrófono y sin ningún cambio de vestuario.


El repertorio repasó su más reciente trabajo, con canciones como No me compares, Mi marciana y Se vende entre las más aplaudidas, pero también fue hacia atrás en el tiempo para rescatar Corazón partío, Amiga mía, No es lo mismo, Y si fuera ella, Cuando nadie me ve, Mi soledad y yo, Desde cuando, Nuestro amor será leyenda y El alma al aire, produciendo euforia en las miles de féminas presentes que lo alentaron con gritos, carteles y todo tipo de merchandising.
Los efectos lumínicos y la gran pantalla al fondo acompañaron cada momento de forma casi cinematográfica. Basta recordar el pasaje con marco estrellado, piano blanco al centro y Sanz a cargo de Enséñame las manos con parte de la banda rodeándolo en vocales.
El artista, que durante la prueba de sonido recibió el galardón de Disco de Oro por el número de ventas de La música no se toca en Uruguay, recordó el texto de Eduardo Galeano que habla sobre la importancia de la utopía y coincidió en que esta sirve para caminar. "Al principio, cuando le dije a mi familia que me iba a dedicar a cantar me decían que estaba loco", dijo, dirigiéndose a sus fans locales, y también a aquellas que habían viajado desde Argentina, Chile y España.
Otro de los momentos altos del show fue cuando interpretó Looking for paradise junto a una de sus esbeltas coristas, a la que preguntó si le gustaban los hombres y las mujeres de aquí. "¡Sí, mucho!", respondió ella a todo, y a él le sirvió para hacer un paso de comedia.
"Es un sueño volver después de tantos años. Se lo debemos y lo vamos a pagar esta noche", insistió en mitad del encuentro, pidiéndole a todos que voltearan a ver la L
una, su musa inspiradora para escribir "tuits" poéticos desde que pisó Montevideo. Su banda bien dotada con bajo, percusión, vientos, dos teclados, un piano, dos guitarras más la suya, bajo y baterista, demostró ser buena también para la salsa y el flamenco. Un show completo, no solo para fanáticos.



Alejandro Sanz brilla y enamora con su música a Bogotá

Sanz dedicó este concierto a los fanáticos que, fieles a su música, se agolparon en medio de la lluvia en el Coliseo El Campín para acompañarlo en la fría noche bogotana.

 

El cantautor español Alejandro Sanz destiló alegría y talento durante su presentación en el Coliseo El Campín de Bogotá en el marco de su gira mundial 'La música no se toca'. Fue una noche donde el cantante se disfrazó de cupido para flechar con su música y carisma a todas las bogotanas.
La velada musical inició de mano del cantante colombiano Chabuco. Con un tema propio lleno de sentimiento y un cover de Sanz logró ganarse al público durante su presentación el cual coreó y aplaudió sus canciones.
Minutos después subió a la tarima Duina del Mar, considerada, por la crítica como una de las revelaciones musicales en Colombia para este 2013. La cantante caleña llenó de sensualidad el recinto copado por un público alegre y lleno de energía. "Es tiempo de soñar, es tiempo de vivir la vida", fue su frase en el epílogo de su presentación.
Sobre las 8:30 p.m. el cantante español Alejandro Sanz se apoderó de la tarima del Coliseo El Campín para enamorar con su voz al público capitalino que a punta de gritos y aplausos logró sacarle varias sonrisas en el inicio de su presentación.
Sanz dedicó este concierto a los fanáticos que, fieles a su música, se agolparon en medio de la lluvia para acompañarlo en la fría noche bogotana.
La puesta en escena durante el show fue impecable, el juego de luces que acompañaba la presentación del cantante y su equipo de músicos fascinaron la retina de los espectadores.
Si bien, era un concierto para todo público, las mujeres tomaron la delantera y abarrotaron la mayoría de localidades del coliseo. Aplausos, gritos y ovaciones por doquier recibió Sanz por parte de las bogotanas.




 

Alejandro Sanz llega al corazón de su público en Barcelona



Las letras de amor de las canciones de Alejandro Sanz proyectadas con la fuerza de más 100.000 vatios de sonido han conseguido llegar al corazón del público congregado hoy en el Palau Sant Jordi de Barcelona, donde el artista ha lanzado un mensaje de esperanza a sus compatriotas.
"La utopía es aquello que cuando te acercas se aleja. Das cinco pasos hace ella y ella dan cinco pasos para alejarse. Es así, las utopías sirven ¡para seguir caminando!", ha dicho Alejandro Sanz en la primera escala española de su gira mundial, consciente de que llega a un país a punto de perder la esperanza después de cinco años de crisis.
Transmitir emociones es la especialidad de Alejandro Sanz, que hoy ha logrado inyectar esperanza a su público y ponerle la carne de gallina con temas como "Corazón Partío", "Mi soledad y yo" y "No es lo mismo".
Aunque las fans del madrileño parecen tener bastante con que éste sonría para emocionarse, Alejandro Sanz no lo ha dejado todo en manos de su encanto personal y ha contado con los intensos solos de guitarra de Mike Ciro y la impresionante voz de la corista Sara Divine, que han ayudado a subir la tensión.
Pero la colaboración más celebrada ha sido la de Antonio Orozco, que se ha subido al escenario en la segunda parte del concierto para cantar a dúo con Alejandro Sanz "No me compares".
El espectáculo ha empezado con dos temas de su último disco "La música no se toca", que da nombre a la gira que durante los últimos meses le ha llevado a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Panamá, Perú, Puerto Rico y Uruguay.
Después de que 300.000 espectadores hayan visto a Alejandro Sanz en América, hoy le ha llegado el turno a España, país que el madrileño recorrerá de punta a punta durante los próximos meses.
Barcelona ha sido la primera escala española y el cantante ha programado dos noches en el Palau Sant Jordi de la Ciudad Condal, que tiene capacidad para casi 20.000 personas.
Sanz no ha llenado hoy el Palau y para mañana quedan entradas a la venta, pero los espacios libres que se veían en algunas zona del recinto no han enfriado en ambiente, sino que han permitido a los presentes moverse con libertad en los temas más bailables.
"Por fin en casa", ha gritado Alejandro Sanz tras la segunda canción del concierto, que ha dado paso a un repaso de dos horas por la extensa discografía del compositor.
"Ahora les voy a cantar una canción que acabo de componer", ha bromeado el artista antes de tocar algunos de los temas más conocidos.
El concierto ha empezado a ritmo de rock, con toda la banda vestida de negro y arañando con fuerza las guitarras, pero en seguida le ha llegado el turno a las baladas de amor, que el público, mayoritariamente mujeres, ha coreado emocionado.
Uno de los momentos más románticos de la noche ha sido la interpretación de Sanz de "Enséñame tus manos", acompañado al piano por el catalán Alfonso Pérez, mientras el escenario se convertía en una noche estrellada.
"¿Qué estás ahí escribiendo?", le ha dicho Sanz a una espectadora que tecleaba en su móvil. "¿Estamos aquí o no estamos aquí? Ésta es nuestra noche, ¡que no nos la quite nadie!".
Con el público metido en el bolsillo, Sanz ha encarado la recta final del concierto con la seguridad de quien se sabe querido, pero no ha bajado la guardia y ha seguido seduciendo con gritos de "Arriba Cataluña" y una bandera catalana al cuello.
"Os quiero un huevo", ha dicho a modo de despedida, poco antes de que el sonido de una tormenta anunciara el fundido a negro.
Pero los bises no podían faltar y Alejandro Sanz ha guardado para la traca final temas como "Amiga mía" o "Y, ¿si fuera ella?". Todo un baño de emociones.





Alejandro Sanz pone de cabeza a Quito con "La música no se toca"

 
El cantautor español Alejandro Sanz puso hoy de cabeza al coliseo "Rumiñahui" de Quito, donde presentó lo mejor de su repertorio que forma parte de la gira mundial "La música no se toca".
Más de 10.000 ecuatorianos abarrotaron el "Rumiñahui" para rendirse a los pies del español, que encantó con su música y por su sencillez para seducir al público.
La gente, en su mayoría mujeres, recibió al artista con un grito ensordecedor que ya presagiaba el tono que adquiriría la velada en adelante.
El cantante ecuatoriano Gustavo Herrera abrió de telonero el espectáculo, como ya lo hiciera el pasado jueves en la ciudad de Guayaquil, la más poblada del país y donde Sanz también brilló con luz propia.
Después de tres canciones del ecuatoriano, la parte frontal del escenario, adornado con tres telas blancas como pirámides, dibujaron la silueta de Sanz y su guitarra, lo que acabó por destapar el frenesí del público.
De golpe, las telas desaparecieron y dejaron ver al español y su banda, sobre un mosaico de luces multicolores y los primeros acordes de su tema: "Llamando a la mujer canción".
El coro siempre estuvo acompañado de las miles de voces que se levantaban desde las butacas, pero que se convertían en un griterío cada vez que el cantante enviaba un mensaje.
"Hola Quito", dijo el cantante y la gente aclamaba, pero la histeria se desató cuando prometió devolver el cariño del público "con el amor que se merecen".
"Cómo decir sin andar diciendo" fue otro de los temas que arrancó gritos desde las gradas, tónica que se mantendría a lo largo de todo el concierto.
Y qué decir cuando interpretó "Cuando nadie me ve" o su popular "Corazón partío" o "Mi marciana" o "La música no se toca", de su última producción.
El ambiente se calentó rápido y perduró, como para hacer olvidar la lluvia y el frío que acompañó la noche quiteña.
El calor también provino de su banda integrada por Mike Ciro (guitarra), Alfonso Pérez (teclado), Carlos Martín (percusión), Nathaniel Townsley (batería), Chris Hierro (teclado), Julie Acosta (trompeta), Brigitte Sosa (bajo), Brittany Denaro (guitarra), Jackie Méndez y Sara Devine (coros).
El tour "La música no se toca", que Sanz dio comienzo a finales del año pasado en México, también se presentó en Colombia y continuará por Perú, Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Puerto Rico y España, entre otros países.


 

Alejandro Sanz vuelve a sus orígenes en Washington

El cantante ofrece un concierto para los más nostálgicos en la capital de EE UU

 
Las 20.30 de la tarde y la gente congregada en el DAR Constitutional Hall de la capital de Estados Unidos este martes, la gran mayoría mujeres hispanas, esperaban con inquietud y emoción la llegada de Alejandro Sanz al escenario. El cantante pop español ofrecía un concierto dentro de su gira mundial La Música no se toca (nombre de su último disco publicado en junio) en Washington.  Sanz consiguió que mientras las casi dos horas que duró el evento, un público entregado y puesto en pie  -las butacas del teatro solo estuvieron ocupadas por bolsos, paraguas y abrigos- disfrutara al máximo de sus canciones de ahora y de antes.
Desde temas tan conocidos como Corazón Partido, pasando por Looking for paradise, que en su versión original canta acompañado por Alicia Keys, o el megahit Amiga Mía que rompió más de un corazón adolescente allá por la década de los noventa en España.  Del nuevo disco no faltaron los éxitos No me compares, y el más reciente, Mi marciana. Todo aderezado con tintes de rock y percusión al más estilo caribeño.
A pesar de las fuertes medidas de seguridad, alguna seguidora consiguió acercarse a la primera fila para tomar una foto de su ídolo e, incluso, una llegó a abrazar al cantante en el escenario. Sanz acompañado de una gran banda multicultural Sus músicos proceden de distintos lugares como Valencia, Barcelona, Boston o República Dominica entre otras nacionalidades- rompió moldes y mostró una cara más moderna aunque teñido del romanticismo que tanto ha caracterizado su carrera. De carácter cercano y con su acento andaluz caracterísitco, Sanz se dirigió al público en español, aunque se le escapó algún thank you.
El montaje de luces estuvo en perfecta armonía con las canciones en todo momento. Neones y fotografías que crearon la atmósfera perfecta y que dieron vida a los residentes que canturreaban con Sanz la mayor parte de las letras tras un martes lluvioso en la capital de EE UU. “Se le ha visto tranquilo y muy accesible. Ha sido muy agradable, no me lo espera. Se nota que lleva muchos años en este mundo”, dijo sofocado, Miguel Hernández, puertorriqueño de 30 años a la salida del concierto. “Le ha faltado Pisando fuerte, con esta canción el concierto hubiera sido perfecto”, añadió María de 40 años.
Sanz, nacido el 18 de diciembre de 1968, ha vendido más de 25 millones de copias de sus discos en todo el mundo y ha ganado 15 premios Grammy Latinos en toda su carrera. Su despegue musical ocurrió en 1991 con el álbum Viviendo Deprisa, y tras más de 20 años, siempre ha sido remarcable su inquietud por mezclar distintos estilos musicales. Con más de una decena de discos a sus espaldas, y con unas cuantas canas en la cabeza, el artista ha logrado con su nuevo disco La Música no se toca imponerse una vez más en el mercado con una propuesta que celebra el amor y el desamor. Algo que sin duda, Sanz controla a la perfección. La última vez que estuvo el cantante español en Washington fue en 2010 dentro de su gira mundial Paraíso Tour.




Alejandro Sanz, lleno total en el primer concierto de IFA Arena

 

Pasadas las diez de la noche se apagaron las luces y cayeron las telas que impedían adivinar el sorprendente espectáculo con el que se abría el festival IFA MUSIC 2013.
A estas alturas, por todos son conocidas las tremendas cifras que rodean a uno de los cantantes y compositores españoles más internacionales; millones de discos vendidos, decenas de países donde ha triunfado, premios recibidos, nacionales e internacionales… el madrileño Alejandro Sanz maneja números de vértigo y este sábado demostró por qué presentando su última gira internacional "La música no se toca" en el auditorio de IFA, con todas las entradas vendidas.
Con un gran escenario donde se cuidaba hasta el más mínimo detalle y una puesta en escena muy elegante, trajo hasta Elche una espectacular escenografía y un asombroso juego de iluminación, con dos pantallas laterales y una panorámica central, sobre las que se proyectaban imágenes del directo, con fondos tridimensionales y unas luces que bailaban al ritmo de la música que sonaba excelente para mezclar las 8.000 gargantas que gritaban, aplaudían y coreaban todas sus canciones.
Con "Llamando a la mujer acción" arrancó el concierto y con el saludo del comandante cerró "Cómo decir sin andar diciendo" dirigiéndose al público con la mirada, el brazo y la trompeta.
Con vaqueros azules y chaqueta oscura pedía luces para ver a su gente y con la simpatía que le caracteriza, preguntaba: "¿Hay alguien ahí?".
Como era de esperar, además de los temas de su nuevo disco, sonaron éxitos más que conocidos que hicieron al público vibrar; y ya con "Camino de rosas" el intérprete de "Y si fuera ella" se atrevió a bailar con los acordes del bajo.
Hablándo a su público entre canción y canción, con sus palmas, su guitarra, sus luces y contraluces, Alejandro Sanz no defraudó. Prácticamente todas las canciones, recientes o no, eran coreadas por el público, hasta que llegó el segundo medley, para excepción de la regla.
Las pantallas de los cientos de teléfonos móviles sumadas a las últimas tecnologías que recreaban miles de estrellas sobre el escenario, hacían que desde las gradas todo pareciera mágico. Por un momento cesó el rock y en el centro del escenario, arropando al piano de cola como único instrumento, Alejandro Sanz junto a cuatro coristas deleitó con partes de "Enséñame tus manos", "Para que me quieras", "Hay un universo de pequeñas cosas" y "Me iré", a un respetuoso público que en silencio contemplaba lo grandioso del show, verdaderamente algo insólito; minutos por los cuales ya habría valido la pena ir a concierto y contemplar cómo la cercanía de un momento acústico dejaba cabida a la pasión que el artista pone a cada tema, algo que demostró llegando a golpear la tapa del piano en varias ocasiones, por ese sentimiento de la música y ese arte que se crece cuando las cosas salen bien.
En cuestión de segundos el escenario era otro, el público despertaba de ese universo hecho de pequeñas cosas y volvía a cantar "Cuando nadie me ve", "No es lo mismo", "Looking for Paradise" o el archiconocido "Corazón partío", que contó con la colaboración a la guitarra española de José Carlos Gómez.




Banda de 10 músicos

re las once y cuarto se presentaba la impresionante banda de 10 músicos, cinco hombres y cinco mujeres, que llegados desde Miami, Nueva York, República Dominicana, Boston, Barcelona, Valencia y las Islas Canarias llenaron el auditorio con los mejores sonidos del directo. Guitarras españolas, acústicas y eléctricas, varios teclados, piano de cola, bajo, batería, percusión, metales, trompeta, percusión menor y dos coristas acompañan a Alejandro Sanz y convierten en impresionante esta gira que arrancó en México en octubre de 2012.
El rodaje de haber paseado esta gira por Estados Unidos, Colombia, Perú, Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Puerto Rico y Venezuela, supone, además de a un tremendo éxito, que todo salga perfecto.
La experiencia de dos décadas sobre los escenarios, se nota tanto en las composiciones como en los directos, donde el compositor de "Mi soledad y yo" sigue mostrándose cercano con su gente y demuestra que además de trabajar, disfruta sobre el escenario. Pudimos verle aplaudiendo a su banda y animando al público con dos baquetas con las que finalmente se unió a la batería para emoción de sus fans. En las gradas, en las terrazas, en la pista… era muy fácil ver y sentir la felicidad de miles de personas pasándoselo bien.
Casi entrada la media noche, hizo el amago de despedirse con "La música no se toca", una canción dedicada a uno de sus amores más grandes, como él mismo dijo, "esto es lo que yo sé hacer, para lo que yo he nacido" y con un espectacular cierre y trueno final, se apagó el cielo recreado y se cerraron puertas y ventanas, pero tras los gritos de todos los allí presentes, volvió a salir, felicitó al Elche por el ascenso a primera división y dedicó un "bueno, y un viva para Alicante también".
"Mi marciana", "Amiga mía" y "Y si fuera ella" cerraron finalmente el telón. «Muchas gracias por estar aquí, les quiero mucho. Hasta la próxima, mucha suerte… hasta siempre».
La música no se toca es un espectáculo sorprendente, en lo musical y en lo visual, que hay que vivir, disfrutar y guardar en la memoria.





 

Alejandro Sanz y Sevilla, perfecto y deseado reencuentro





Siempre abanderó su tierra allá por donde pisaba, y proclamó a los cuatro vientos desde sus comienzos que su sangre es andaluza. Alejandro Sanz llegaba ayer a Sevilla "un poquillo nervioso" y emocionado, repleto de sentimientos, con la ilusión de reencontrarse con los suyos y con ganas de dar lo mejor de sí mismo, en el concierto con el que por primera vez pisaba este año Andalucía dentro de su gira 'La música no se toca'.
Sanz ha logrado grandes giras con álbumes anteriores, y una vez más triunfó en la capital hispalense, porque el espectáculo vivido este miércoles en el estadio de la Cartuja quedará en la retina de las más de 25.000 personas que no dudaron en acudir a su llamada. Lo que estaba claro era que él quería volcarse con esta ciudad "que tan importante fue en mi infancia y ahora yo le quiero devolver eso esta noche", aseguraba al comienzo del concierto.
Pero además de su gran empeño, Alejandro contaba con varios extras: un espectáculo de luces muy conseguido, con imágenes bien elegidas, a veces con aires tridimensionales; un sonido de nivel y una banda de lo más internacional que dominaba por igual los ritmos más rockeros, el pop, los aires latinos, las pinceladas funky, las baladas más dulces y los sones más flamencos.
Todo encajó a la perfección en la Cartuja; hasta la temperatura, que no era la habitual de la fecha, echó una manita para refrescar el ambiente en su justa medida, mientras que la lluvia limpió en la víspera y se marchó cuando debía.
Desde el primer momento el público estaba entregado; pero ay qué público. En su mayoría, gente cercana a la edad del artista, los que han ido creciendo con él y con su música, los que se saben sus letras y ahora se las enseñan a sus hijos e incluso se los llevan al concierto.
Si ellos han madurado, Alejandro también, y se le veía feliz, centrado, como pez en el agua sobre el escenario y, aunque aún le quedan algunos conciertos, todos importantes por supuesto, de aquí al final de la primera parte de su gira, el 6 de julio, ya tiene en la mente esa fecha: la que le llevará a cantar en su Cádiz, y por primera vez lo hará en el estadio Ramón de Carranza; el del Cádiz C.F.
Sanz se fue soltando cada vez más a medida que avanzaba el concierto, dominó sus largas frases y los tonos más altos y complicados, y quiso contar con varios amigos sobre el escenario. El dúo con Jamie Cullum –el británico, al piano- fue una maravilla; uno con sus estrofas en inglés y el otro en español, interpretaron Yo te traigo... 20 años.
También pasó por el escenario Malú, para cantar con su amigo y padrino musical ese Desde cuando que con ellos cantó todo el aforo; para David Bisbal se eligió Mi soledad y yo, con Alejandro envuelto en la bandera de Andalucía, justo antes de que la banda, por sí sola y sin Sanz en el escenario, se presentara a los sones de Every little thing she does is magic, de The Police.
Manolo García fue recibido como lo que es, uno de los grandes de la música española, y los dos juntos cantaron No me compares, mientras un recién llegado al éxito como es Pablo Alborán, interpretando Mi marciana, fue vitoreado y demostró por qué el gran público se ha rendido a sus pies.
Alejandro Sanz no paró de hablar entre canciones, y los piropos a Sevilla fueron interminables: "Sevilla... no hace falta decir más", "te como la cara", "Sevilla, canta", "te quiero mucho, de verdad"... Y lo ha demostrado una vez más, ya que ésta ha sido la ciudad elegida por el artista para grabar un programa de televisión y un dvd con el que llevará a Sevilla por todo el mundo.
No faltaron títulos tan esperados como Cuando nadie me ve, Corazón partío, No es lo mismo, Looking for Paradise’ o dos 'medleys' con temas de gran acogida. Para el fin de fiesta se dejó Y si fuera ella, no sin antes cambiar su Amiga mía por Sevilla mía –más amor por esta ciudad- y dar alguna 'pataíta' por bulerías, que casi nunca le falta. Porque Alejandro Sanz es flamenco en toda su extensión, y quiso dedicar la canción que da título a éste su noveno disco "a todos los artistas grandes que han salido de Andalucía, porque gracias a ellos estoy yo aquí. Y que Dios los bendiga a todos".